Los calabacines son una verdura de lo más rica y versátil. Una de las formas más sencillas y deliciosas de cocinar el calabacín es relleno de carne. En unos pocos minutos los tendremos preparados para meterlos en el horno. En esta ocasión yo los he rellenado con carne picada de cerdo, champiñones, pimiento rojo y verde y un poco de ajo.
La presentación habitual de los calabacines rellenos suele ser cortarlos a lo largo y presentarlo en dos mitades rellenas, como si fueran unas barquitas. En esta ocasión yo los he cortado en trozos para conseguir una especie de tubos o vasitos de calabacín. La elaboración y el sabor es el mismo, solo que de vez en cuando apetece innovar a la hora de presentar nuestros platos.
El resultado son unos calabacines rellenos super jugosos y llenos de sabor, perfectos para servir como plato principal. Solo tendrás que acompañarlos por una ensalada o unos brotes tiernos para obtener un saludable y delicioso plato.
Si el calabacín te gusta tanto como a mí, te encantará conocer sus propiedades y otras muchas recetas en las que se convierte en el ingrediente principal.
Ingredientes para los calabacines rellenos de carne y champiñones (2 personas):
- 2 calabacines grandes
- 300 g carne picada de cerdo
- 6 champiñones
- ½ pimiento verde pequeño
- ½ pimiento rojo pequeño
- Sal
- Pimienta
- Brotes tiernos para acompañar
- 1 huevo
- Salsa de tomate
- 1 diente de ajo
Herramientas que necesitaremos para elaborar esta receta:
- Vaciador de frutas o verduras
- Fuente apta para horno
Elaboración de los calabacines rellenos de carne y verduras:
- Limpiamos los calabacines, quitamos las puntas y los cortamos en 2 o 3 trozos de unos 4 dedos aproximadamente, dependiendo del largo del calabacín.
- En una cacerola con abundante agua y una pizca de sal cocemos los calabacines hasta que empiecen a ablandarse. El tiempo dependerá del tamaño de los trozos, no queremos que queden demasiado blandos o se nos desharán. Escurrimos y dejamos enfriar.
- Pelamos y picamos el ajo.
- Limpiamos y secamos los pimientos y los troceamos en dados.
- Limpiamos y picamos los champiñones.
- Con la ayuda de un vaciador de frutas o una cuchara, vamos sacando la pulpa del calabacín. Es importante no llegar hasta el final, dejando un poco de pulpa en la base para obtener una especie de vasito que podamos rellenar. Reservamos esa pulpa y la escurrimos muy bien en un colador.
- En un cuenco amplio mezclamos la carne picada, las verduras, sal y pimienta al gusto y el huevo. Agregamos también la pulpa de calabacín escurrida y mezclamos.
- Rellenamos los calabacines, repartiendo toda la mezcla y los colocamos en una fuente apta para horno.
- Cubrimos con salsa de tomate (cantidad al gusto).
- Llevamos al horno, que habremos precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo, unos 20 minutos o hasta que estén bien cocidos.
- Servimos antes de que se enfríen con brotes tiernos o ensalada para darles un toque fresco y crujiente.
Consejos para preparar unos calabacines rellenos perfectos
A la hora de cocerlos es importante no pasarnos de cocción, pues nos quedarán demasiado blandos y se romperán fácilmente. Buscamos que estén lo suficiente cocidos como para poder sacar la pulpa, pero que la parte exterior se mantenga firme para sostener el relleno.
Si quieres darle más sabor al plato, sazona la carne con tus hierbas frescas o especias favoritas. Un poco de romero y orégano frescos picados combinan de maravilla con la carne.
Si te gusta el picante, añade unos copos de guindilla a la salsa de tomate ¡le da un puntazo a los calabacines rellenos!
Es importante que la carne no nos quede cruda, pero también lo es que no nos pasemos de tiempo de horneado. Pues si los tenemos demasiado tiempo, la carne se cocinará de más y quedarán muy secos.
Siguiendo esta misma receta, podrás usar calabacines o berenjenas indistintamente para rellenar.
Sírvelos calientes o templados con una guarnición a tu elección. Yo te recomiendo una guarnición ligera, como por ejemplo una ensalada. Así obtendrás un sabroso y saludable plato principal.
Cómo conservar los calabacines rellenos
Una vez listos, aguantarán en perfecto estado unos 3 días en la nevera. Para ello solo tendrás que esperar a que se enfríen antes de meterlos. Consérvalos en un recipiente de cristal con tapa para que no absorban olores de la nevera y evitar la contaminación cruzada con otros alimentos.
Una vez fríos, podrás congelarlos sin problema. Cuando los quieras comer, sácalos un par de horas antes del congelador y déjalos descongelar poco a poco en la nevera. Con un golpe de microondas los tendrás listos para servir.
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