El primer paso será secar bien la mozzarella con papel de cocina para que el rebozado se pegue bien al queso.
A continuación, vamos a preparar los ingredientes para el empanado en tres platos diferentes. En el primero batimos el huevo; en el segundo colocamos la harina; y en el tercero mezclamos el pan rallado, el panko y una pizca de sal.
Para empanar la mozzarella, la pasamos primero por la harina, asegurándonos de que ha quedado completamente enharinada.
Ahora mojamos la mozzarella en el huevo batido, escurrimos el exceso e inmediatamente la empanamos muy bien con la mezcla de pan rallado y panko. Nos aseguraremos de que la mozzarella ha quedado completamente empanada.
Repetimos nuevamente el empanado, esta vez pasándola solo por el huevo batido y el pan rallado. Nuevamente nos debemos asegurar de que la mozzarella ha quedado perfectamente empanada, pues eso es lo que evitará que se abra durante la fritura.
Calentamos abundante aceite suave y freímos la bola de mozzarella. Lo haremos a fuego medio y dándole la vuelta de vez en cuando para que se dore de forma uniforme. Ten en cuenta que es importante no tener el fuego muy alto ya que si se dora muy rápido, el calor no llegará al centro de la bola de mozzarella y no nos quedaría completamente fundida.
Cuando la mozzarella esté frita, la colocamos en un plato con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
La serviremos inmediatamente antes de que se enfríe, pues el queso solo se mantendrá fundido mientras esté caliente. Para ello, en el fondo del plato de servir, colocamos la salsa de tomate caliente y la bola de mozzarella frita encima.
De forma opcional, podremos decorar el plato con cebollino o albahaca fresca picada por encima.
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Notas
Para conseguir un resultado todavía más crujiente hemos empanado la mozzarella con una mezcla de panko y pan rallado. No obstante, podrás usar solamente pan rallado si lo prefieres.