Falta poco más de una semana para San Valentín, así que estos días voy a proponerte un par de recetas que estoy segura de que te van a enamorar. La primera de ellas es esta espectacular Pavlova de coco y grosellas. Crujiente, ligera, aromática y de lo más seductora, esta pavlova puede ser el perfecto final para una cena romántica ¿no crees?
Si bien es cierto que hacerla es algo laborioso creo firmemente en que el resultado merece mucho la pena, pues es uno de esos postres para los que siempre tenemos hueco. Pero no te preocupes si no encuentras grosellas o si no te gusta el coco, pues siguiendo la misma receta, puedes rellenarla con la fruta y sabores que más te gusten o tengas a tu alcance.
Ingredientes para la pavlova de coco y grosellas:
Para las bases de merengue:
- 4 claras de huevo M
- 225 gr de azúcar blanco
- 1 cucharadita de vinagre banco o zumo de limón
- 1 cucharada de maizena
Para el relleno:
- 200 ml de nata para montar
- 5 cucharadas de coco rallado
- 2 cucharadas de azúcar
- Grosellas frescas
Herramientas que necesitaremos para elaborar esta receta:
Elaboración de la pavlova de coco con grosellas:
Para las bases de merengue:
Con la ayuda de unas varillas eléctricas batimos las claras a velocidad media. Cuando empiecen a montarse agregamos la mitad del azúcar y seguimos batiendo hasta que el merengue empiece a formar picos suaves.
Mezclamos bien el azúcar y la maizena y los agregamos a la mezcla sin dejar de batir. Agregamos también el vinagre o zumo de limón y batimos un par de minutos más, hasta que el merengue esté brillante y consistente.
Colocamos una lámina de papel para hornear sobre una bandeja de horno y dibujamos las 2 bases de la pavlova para que nos queden del mismo tamaño. Con la ayuda de una manga pastelera le damos forma.
Las horneamos en el horno precalentado a 100 ºC (calor arriba y abajo y sin aire) durante 3 horas o hasta que nos queden crujientes y secas por dentro. Recuerda que el tiempo de horneado dependerá del tamaño y grosor de los discos. Al hornearlos a baja temperatura conseguiremos que no se doren y conserven ese tono blanco tan bonito.
Una vez pasado el tiempo, apagamos el horno y los dejamos dentro con la puerta cerrada hasta que se hayan enfriado por completo. De esta manera evitaremos que se nos raje el merengue con el cambio brusco de temperatura y acabarán de secar por completo.
Con mucho cuidado vamos a despegar las dos bases del papel de horno. Sabremos que lo hemos hecho bien porque los merengues nos habrán quedado bien secos, blanquitos y crujientes por arriba y abajo, y notaremos que son muy ligeros (es decir, que pesan muy poco).
Para el relleno:
Con la ayuda de unas varillas montamos la nata (debe estar bien fría para que monte bien). Cuando empiece a montar, agregamos el azúcar y seguimos batiendo hasta que se formen picos. Es importante que una vez la nata esté montada dejemos de batir, en caso contrario se nos podría cortar.
Agregamos el coco rallado a la nata y mezclamos bien con una espátula de silicona.
Montaje y conservación de la pavlova:
Colocamos una base de merengue en el plato de servir. Rellenamos una manga pastelera con la nata y cubrimos la base con la mitad de la nata. Repartimos un par de grosellas (sin las ramas) por encima de la nata y cubrimos con la otra base de merengue.
Decoramos la superficie con el resto de nata, un par más de grosellas y espolvoreamos con más coco rallado. Para hacerla más vistosa yo he dejado algunos ramilletes de grosellas por encima, pero es importante que si dejamos alguna rama solo sea en la parte superior y no por dentro, ya que eso dificultaría el que podamos comerla cómodamente.
Conservaremos la pavlova de coco y grosellas en la nevera hasta el momento de consumirla.
Se ve preciosa.. nunca hice una. Me pido un trocito aun que dudo que quede algo. Un beso
Ya no quedan ni las migas, pero no tengo problema en repetir receta!