Con la llegada de la primavera la lavanda rebosa, al igual que los limoneros. Es por eso que no podía dejar pasar la ocasión de combinar ambos sabores para hornear unas ricas galletas.
Estas galletas son ideales para preparar con los más peques de la casa durante las vacaciones de Pascua que se aproximan. Ya que no solo les encantará ayudarnos a prepararlas si no que además podemos organizar una excursión al campo en busca de lavanda y limón.
La lavanda es muy aromática, por lo que aunque podemos añadir cantidad al gusto, yo te recomiendo que empieces por poco y ya para próximas ocasiones ir subiendo la cantidad. Cuando comemos un postre con exceso de lavanda es bastante amargo y provoca la desagradable sensación de estar comiendo jabón o perfume.
Ingredientes para las galletas de limón y lavanda:
- 200 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 100 gr de azúcar blanco
- 1 huevo M
- 350 gr de harina
- 1 cucharada generosa de flores de lavanda secas
- Ralladura de 1 limón grande
Herramientas que necesitaremos para elaborar esta receta:
- Cortador de galletas con la forma deseada
- Rodillo ajustable
- Amasadora
Elaboración de las galletas de limón y lavanda:
Con la ayuda de la batidora eléctrica mezclamos el azúcar con la mantequilla hasta que consigamos una textura cremosa y blanquecina.
En este momento añadimos los huevos, la ralladura de limón y las flores de lavanda y mezclamos bien.
Añadimos también la harina y mezclamos a velocidad baja hasta que se haya integrado a la perfección.
Hacemos una disco con la masa, lo envolvemos en film y lo llevamos a la nevera al menos 1 hora.
Espolvoreamos un poco de harina sobre la encimera y por el rodillo y estiramos la masa del grosor deseado, pero intentando darle el mismo grosor por todo.
Con la ayuda de un cortador de galletas les damos la forma deseada y las colocamos en una bandeja de horno cubierta con papel de horno.
Llevamos al horno precalentado a 180 ºC unos 10 minutos o hasta que veamos que empiezan a dorarse por los bordes. Recuerda que cuanto más finas las hagas, menos tiempo de horno necesitarán.
Las dejamos enfriar por completo sobre una rejilla antes de comerlas.
Para que no se ablanden, una vez frías las guardaremos en una lata o recipiente hermético.