Las croquetas son la típica comida precocinada que podemos encontrar en cualquier supermercado a buen precio, por lo que son muchas las personas que nunca se han animado a prepararlas, no obstante yo os animo a ello, ya que están riquísimas y además son mucho más sanas que las que encontramos en la sección de congelados.
Así que hoy os traigo una receta muy fácil de preparar y que está riquísima: croquetas de pollo. Para mí son, sin duda, el entrante perfecto. Aunque también me encantan acompañadas de una buena ensalada.
En casa nos encantan, por lo que cada vez que las preparo hago bastantes de más, así puedo congelarlas y disponer de ellas en cualquier momento.
Ingredientes para las croquetas de pollo:
3 pechugas de pollo grandes, 1 cebolla grande, 4 cucharadas de harina, 1 litro de leche, nuez moscada al gusto, pimienta recién molida, sal, aceite de oliva, pan rallado y huevos para rebozar.
Elaboración de las croquetas de pollo:
En primer lugar cocemos el pollo en abundante agua, con un poco de sal y un chorrito de aceite de oliva. Retiramos las pechugas y dejamos enfriar. En el momento de cocer el pollo podemos agregar un puerro y unas cuantas zanahorias así, al retirar el pollo, tendremos un caldo casero delicioso y listo para preparar una sopa, un rico risotto o, simplemente, congelarlo.
A continuación, y una vez frío, picamos el pollo con la ayuda de un cuchillo o lo desmenuzamos con las manos.
Picamos la cebolla y la pochamos durante unos minutos. Añadimos el pollo, salpimentamos al gusto y dejamos en el fuego unos minutos más para que los sabores se integren.
Ahora tenemos dos opciones: o dejar el pollo y la cebolla tal y como la tenemos (es decir, a trocitos) o pasarlo todo por la picadora. A mí personalmente me gusta que se note el pollo (cuando le añadamos la leche se irá desmenuzando todavía más) por lo que nunca lo pico, pero eso va al gusto de cada uno.
Incorporamos la harina a la mezcla anterior, nuez moscada al gusto y un poco más de sal y pimienta. Removemos muy bien y dejamos tostar un poco la harina, removiendo costantemente para que no se nos pegue.
A continuación iremos vertiendo, poco a poco, la leche (tal vez no la necesitemos toda) hasta obtener una masa de la consistencia deseada (tirando a espesa, aunque cuando la enfriemos será más espesa). Vamos a remover durante todo el proceso, así evitaremos la formación de grumos o que se nos queme, además de conseguir que el pollo se vaya desmenuzando y mezclando muy bien con el resto de ingredientes.
Este proceso va a tardar un poco, es importante que nos quede bien cocinado, ya que se nos pueden estropear las croquetas. En este momento probamos la masa y corregimos de sal, pimienta y nuez moscada en caso necesario.
Dejamos enfriar la masa a temperatura ambiente, cubrimos con papel film (el film debe tocar la masa) y dejamos reposar toda la noche en la nevera. Al día siguiente podremos continuar.
Ya «solo» nos queda darle la forma. Este es el paso más engorroso, pero merece la pena, ya que el resultado es increíble. Con la ayuda de una cuchara cogemos una pequeña parte de la masa (del tamaño que queramos nuestra croqueta), la pasamos por huevo batido y después por pan rallado; le terminamos de dar forma, volvemos a pasar por el pan rallado y reservamos. Así con toda la masa.
Ahora viene lo mejor: limpiar la cocina. Que no!! (bueno, sí, pero eso no es lo mejor…). En este momento tenemos dos opciones: freírlas en abundante aceite caliente o congelarlas para poder disponer de ellas en cualquier momento. En caso de congelarlas no tenéis que dejarlas descongelar antes de freír, ya que se espachurran.Recuerda que en caso de congelarlas, tienes que hacerlo de forma individual para que no se peguen entre ellas. Una vez congeladas las pondremos todas juntas en una bolsa hermética en el congelador hasta el momento de consumir.
Como podéis ver en la foto, a pesar de no picar el relleno, no se aprecian los trocitos de pollo, ya que se ha desmenuzado casi por completo al mezclarlo con la leche caliente.
No me digáis que no tienen buena pinta. Ahora es vuestro turno, probadlas y veréis como no volveréis a comprar nunca más las de la sección congelados.