¿A quién no le gusta reunirse alrededor de una mesa para charlar y comer? Pues hoy te traemos tres recetas espectaculares para que puedas quedar con la familia o los amigos y crear uno de esos recuerdos imborrables.
Para acompañar al plato principal, las patatas alioli son el mejor complemento junto a la carne. El queso o los ibéricos también pueden ser una buena opción. Pero ahora tienes que estar atento, que hay mucho que hacer. Ponte el delantal, que nos vamos a la cocina.
LAS MEJORES RECETAS PARA DISFRUTAR CON AMIGOS O FAMILIA
Presa de cerdo ibérico al Pedro Ximénez
Empezamos con una delicia para el paladar, un cerdo de la mejor categoría que se cocina como una pieza entera y que el toque del vino dulce tan característico. Con unos pocos ingredientes estarás listo para ponerte manos a la obra.
- 1 pieza de presa de cerdo ibérico sin filetear
- 6 pimientos del piquillo
- 150 ml de caldo de pollo o de carne
- 50 ml de Pedro Ximénez
- Aceite de oliva
- Sal
¿Cómo se hace la presa de cerdo ibérico al Pedro Ximénez? El primer paso es sencillo, sacar la carne de la nevera y dejar que pierda el frío durante una hora, más o menos. Va a estar muy poco tiempo en el fuego y no queremos que el interior se quede frío al terminar la receta.
Cuando ya estemos preparados, encendemos una parrilla con un fuego fuerte, sin poner nada durante cinco minutos, para que alcance suficientes grados antes de cocinar la carne. Cuando ya esté caliente, deja una cucharadita de aceite de oliva y pon la presa de cerdo casi inmediatamente. Aprieta un poco la carne para que el exterior quede bien crujiente, y en apenas cinco minutos podrás darle la vuelta. Otros cinco minutos en este lado y estará lista para reservar en caliente, mientras los jugos de su interior se reparten por toda la pieza.
En la misma plancha que hayamos cocinado la carne, y sin quitar los jugos que queden, vierte el caldo y el Pedro Ximénez. Deja que la salsa vaya cogiendo consistencia, hasta reducirse casi como un caramelo líquido. Vuelve ahora a poner la presa ibérica en la parrilla, solo un minuto por cada lado, y bañándola constantemente con la salsa. Conseguiremos así que quede una capa crujiente y lacada con un sabor espectacular.
En una sartén aparte, cocina los pimientos del piquillo con una gota de aceite y un poco de sal. Este complemento, al igual que las patatas que mencionábamos, es un gran amigo de la carne. Ahora solo te queda filetear el cerdo y servirlo con un poco de la salsa sobrante.
Solomillo Wellington
Vamos ahora con una receta que puede saciarte con una pequeña ración, por lo que es mejor que invites a varias personas para comer. Entre el hojaldre, el relleno y la carne de ternera o buey, tendrás un plato contundente.
- 1 Kg de solomillo de ternera o buey, en una sola pieza
- 600 gr de champiñones
- 15 ml de nata líquida para cocinar
- 15 ml de salsa Worcestershire
- 4 chalotas
- 50 gr de paté de foie
- 1 lámina de masa filo
- 1 lámina de hojaldre rectangular
- 1 huevo batido para pintar
- Aceite de oliva
- Mostaza de Dijon
- Tomillo
- Sal y pimienta
¿Cómo se hace el solomillo Wellington? Lo primero será preparar la duxelle que acompañará a la pieza de carne. Tan sencillo como picar y pochar las chalotas, limpiar y cortar los champiñones cuando ya estén tiernas y salpimentar. Luego añadimos la salsa Worcestershire y la nata y cocinamos durante dos minutitos. Aparta la sartén del fuego y resérvala para que se vaya enfriando.
Ahora le toca al solomillo. Coge una plancha o una sartén grande, añade un poco de aceite y sube el fuego para que coja temperatura. Sella la carne por los diferentes lados para que concentre su jugo en el interior y retira para que también se atempere.
Antes del último paso, precalienta el horno a 210ºC. Ahora, cuando ya no estén calientes ni la carne ni la salsa, extiende la lámina de masa filo y distribuye bien la duxelle que preparamos al principio. Reparte el paté en trocitos y dale un toque de tomillo. Coge ahora el solomillo, úntalo con un poquito de mostaza y colócalo sobre uno de los lados. Envuélvelo todo bien y recorta lo sobrante. Entiende ahora el hojaldre sobre papel sulfurizado, coloca el solomillo y vuelve a enrollarlo todo, dejando el cierre en la zona inferior. Ayúdate del huevo batido para sellar los bordes y pintar toda la masa.
Con el horno ya en su temperatura exacta, deja cocinar el solomillo durante unos 30 o 40 minutos en una bandeja en la parte más baja. Según el punto de la carne que quieras, acércate más a los 30 o a los 40 minutos, y déjalo reposar unos 5 o 10 minutos antes de cortarlo y servirlo a la mesa.
Pata asada canaria
Y terminamos este repaso viajando hasta las Islas Canarias, con uno de los platos más típicos de los guachinches tinerfeños y los bochinches canarios. Un sabor increíble que viene precedido de varias horas de preparación, así que tenlo en cuenta antes de que lleguen tus invitados.
- De 1 a 3 kg de pierna o paletilla de cerdo
- Romero y finas hierbas
- Aceite de oliva
- Sal gruesa
- Pimienta en grano y otras especias
¿Cómo se hace la pata asada canaria? Empezaremos con unos pequeños cortes en forma de rombo sobre la piel de la pata. Cúbrelo todo bien de sal gruesa y déjalo dentro de la nevera un par de horas. Cuando haya pasado este tiempo, saca la carne a temperatura ambiente y retira toda la sal posible.
Mientras la pata va perdiendo el frío del frigorífico, prepara en un mortero la mezcla de romero y otras hierbas aromáticas, con pimienta negra y los condimentos que más nos gusten. Machácalo todo bien para que los sabores se unifiquen. Unta la pieza en aceite de oliva y esparce la mezcla anterior, que se impregne bien por toda la carne.
Tendremos que hornearlo ahora a 200ºC, aproximadamente una hora por cada kilo de carne. Como recomendación, si pesa más de kilo y medio (por lo que estará más de una hora en el horno), protege la pieza con papel de aluminio después de los primeros 60 minutos. Así evitarás que se queme el exterior. Si va a cocinarse durante una hora u hora y cuarto, no será necesario.
Apaga el horno y deja que se enfríe la pata todavía dentro, durante otra hora aproximadamente. Cuando ya esté a temperatura ambiente, envuelve en papel de aluminio (de nuevo o por primera vez) y guárdala en la nevera durante al menos dos horas (o toda la noche). Pasado este tiempo, será el momento de cortarlo en finas láminas y servir, tanto en caliente como en frío. Para acompañarlo, puedes hacer alguna salsa, probar las patatas alioli que mencionábamos o, claro está, papas con mojo de la tierra.
Ya ves que no es tan difícil darle de comer a varias personas. Ahora no tienes ninguna excusa para llamar a tus familiares o amigos e invitarles a un buen almuerzo con carne suficiente para todos. Eso sí, la bebida que la traigan ellos.