Este canelón de calabacín relleno de merluza y acompañado por una salsa de higo chumbo es perfecto para sorprender a todos tus invitados estas fiestas. Estos canelones tan originales serán el primer plato perfecto para empezar con una velada mágica. Aunque no lo parezca a primera vista, su elaboración es muy sencilla y los podemos preparar con antelación para pasar más tiempo con la familia o los amigos.
Para estos canelones no usaremos pasta, por lo que se convierte en una opción perfecta si entre nuestros comensales hay algún intolerante al gluten. El relleno está preparado con merluza desmigada y bechamel. El toque final se lo damos con una salsa de higo chumbo, ajo negro, aceite de albahaca y mostaza con miel. Una combinación de sabores y colores espectacular.
Para que queden más vistosos los he hecho bastante grandes y regordetes, y solo he servido uno por persona. Pero si te resulta más cómodo puedes hacer más canelones y más finos.
Ingredientes para 6 canelones de calabacín rellenos de merluza con salsa de higo chumbo:
- 2 calabacines
- 250 gr de merluza fresca
- 2 higos chumbos
- Eneldo seco
- Hojas de albahaca
- Aceite de oliva
- 3 ajos negros
- 1 cucharada de miel
- 1 cucharada de mostaza
- Sal y pimienta
- 1 cebolla pequeña
- Nuez moscada
- 1 cucharada de maizena o fécula de maíz
- 1 vaso de leche
Herramientas que he usado para elaborar esta receta:
- Mandolina
- Film transparente
- Batidora de mano
- Brocha de cocina
Elaboración de los canelones de calabacín rellenos de merluza con salsa de higo chumbo:
En primer lugar y con la ayuda de un cuchillo afilado, cortamos la merluza en trozos pequeños. Los salpimentamos al gusto, añadimos una pizca de eneldo seco y reservamos.
En un cuenco pequeño, mezclamos la miel con la mostaza. Reservamos.
Con mucho cuidado, pelamos los higos y cortamos uno y medio taquitos pequeños. El otro medio, lo trituramos hasta conseguir un puré. Reservamos.
En el vaso de la batidora colocamos un buen chorro de aceite de oliva y unas hojas de albahaca. Trituramos bien y reservamos.
Picamos finamente la cebolla y la pochamos en una sartén con un buen chorro de aceite de oliva. Cuando la cebolla esté casi lista, añadimos la merluza y acabamos de cocinar todo junto.
Colocamos la maizena en un vaso o cuenco pequeño, la mezclamos con un poco de leche fría y removemos bien. Esto nos ayudará a disolver la maizena y evitar la formación de grumos en nuestro relleno.
Con la sartén donde tenemos el pescado a fuego bajo, añadimos la mezcla de leche con maizena y una pizca de nuez moscada. En este momento, y sin dejar de remover con una cuchara de madera, cuando veamos que la mezcla va espesando añadiremos la leche poco a poco. Si notas que el relleno ha quedado muy espeso, puedes añadir un poco más de leche hasta conseguir la textura deseada. Para que el relleno no se nos escape del canelón, buscamos una textura suave pero espesa. Dejamos templar a temperatura ambiente.
Con la ayuda de una mandolina, laminamos muy finamente el calabacín a lo largo. Si no tienes mandolina puedes usar un cuchillo, pero resulta algo más complicado. Las tiras tienen que ser muy finitas y largas, de este modo serán flexibles y nos permitirán enrollarlas.
Para darle forma al calabacín estiramos un trozo de film transparente sobre una superficie plana y colocamos las láminas de calabacín una al lado de otra. Tenemos que solaparlas, tal y como se aprecia en la imagen, de este modo no se deshará al enrollarlo. Con la ayuda de una cuchara, colocamos el relleno sobre el calabacín, a más relleno, más gordo será el canelón, aunque también más complicado manipularlo.
Nos ayudaremos del film transparente para enrollar el calabacín sobre el relleno. En caso de que las tiras de calabacín sean demasiado largas, este será el momento de cortarlas con un cuchillo para eliminar el sobrante. Una vez tengamos el rollito formado, nos quedará envuelto en el film transparente; así que aprovechamos para acabar de darle forma con la ayuda de nuestras manos. En este momento podremos quitar el film, con cuidado a no romperlo.
Ahora tenemos dos opciones:
- Servirlo templado al instante.
- Reservarlos en la nevera en una bandeja apta para horno cubierta con papel anti-adherente o papel de horno. En este caso, tendrás que sacarlos de la nevera una hora antes para que se atemperen. A continuación, introduce la bandeja en el horno precalentado a 120 ºC durante 10 minutos o hasta que tengan la temperatura deseada. Solo buscamos calentarlos, no cocinarlos.
Colocamos un canelón de calabacín en el centro de cada plato y lo pintamos con el aceite de albahaca. Colocamos los dados de higo chumbo por encima y unas hojas de albahaca. Para darle más color al plato, lo manchamos con unas gotas de las otras salsas: la de mostaza y miel, el aceite con albahaca y el puré de higo chumbo. Espolvoreamos una pizca de ajo negro y servimos antes de que se enfríe.
