Si hay algo que nos gusta hacer tras un largo recorrido por Ikea es comernos un buen plato de sus conocidísimas albóndigas suecas. Para qué lo vamos a negar, están tremendamente ricas a la vez que el plato te sale muy barato, así que tras varias horas de compras no hay nada mejor que irse a casa con la barriga llena. Pero lo que me vuelve realmente loca no son las albóndigas en sí, que también, sino la irresistible salsa que las acompaña.
Así que si tú también eres fan total de las albóndigas suecas del Ikea, sigue leyendo, porque ésta es la receta auténtica.
Realmente ya estaba tardando en poner esta receta, porque si me sigues hace tiempo sabrás que en el blog puedes encontrar bastantes recetas con albóndigas. Así que hoy sumamos una receta más a la colección albondiguil. ¡Espero que te guste!
Al leer los ingredientes verás que he puesto cantidades bastante grandes de carne en comparación con la salsa. La razón es muy sencilla, pues siempre que preparo albóndigas, croquetas, hamburguesas,… o alguna elaboración que requiere algo de tiempo suelo preparar una mayor cantidad y congelo cruda la parte que no vamos a comer ese día. De esta manera siempre tengo provisiones en el congelador para aquellos días en los que voy más justa de tiempo o simplemente estoy perezosa.
Vídeo de la receta paso a paso:
Ingredientes para las albóndigas suecas:
Para las albóndigas:
- 1 kg de carne picada de ternera
- 200 gr de beicon
- 90 gr de pan remojado el leche
- 2 huevos
- 6 dientes de ajo
- 1 cebolla pequeña
- 1 cucharada de Salsa Worcestershire
- Sal y pimienta al gusto
- ½ cucharadita de orégano
- ½ cucharadita de nuez moscada
Para la salsa:
- 500 gr de caldo de verduras
- 200 gr de nata para cocinar
- 4 cucharadas de maizena
- Sal al gusto
- Pimienta recién molida
- 2 cucharadas de Salsa Worcestershire
- 1 cucharada de mostaza
- 2 cucharadas de mantequilla
Además:
- Arroz blanco cocido para acompañar
Herramientas que necesitaremos para elaborar esta receta:
Elaboración de las albóndigas suecas:
En primer lugar troceamos el pan y lo colocamos en un cuenco con un poco de leche para que se reblandezca. Lo dejaremos unos 5 minutos mientras preparamos el resto de ingredientes.
Pelamos los ajos y la cebolla y los picamos finamente (si lo prefieres puedes rallarlos). Troceamos el beicon en tiras finas.
En un cuenco amplio, agregamos la carne picada, la cebolla, las tiras de beicon, el ajo, las especias, sal y pimienta al gusto, el pan escurrido y los huevos. Mezclamos bien con las manos hasta conseguir una masa homogénea.
Con la ayuda de nuestras manos vamos haciendo bolitas de carne del tamaño deseado. A mí me gusta más hacerlas pequeñas, de un solo bocado. Las vamos colocando en una bandeja, separadas entre sí para que nos e peguen las unas a las otras.
Con 1 kg de carne nos van a salir un montón de albóndigas, por lo que yo voy a congelar una parte de ellas. Para hacerlo solo tenemos que colocar las albóndigas en una bandeja forrada con papel para hornear, separadas ligeramente entre sí para que no se queden pegadas al congelarse. Las colocamos en el congelador y, pasadas unas horas, cuando estén bien congeladas, las metemos todas en una bolsa de congelación. De este modo podremos sacar las que necesitemos en cualquier momento, sin necesidad de descongelar toda la bolsa.
Calentamos una sartén con un buen chorro de aceite de oliva y doramos las albóndigas, dándoles la vuelta de vez en cuando para que se hagan por todos lados. Cuando estén listas las colocamos en un plato a parte, ya que usaremos esa misma sartén y los restos que hayan quedado en ella para preparar la salsa.
Con la sartén caliente agregamos la mantequilla y la maizena. Ahora tenemos que prestar atención para que no se nos queme o nos queden grumos, por lo que con una cuchara o espátula de madera removeremos continuamente hasta conseguir una salsa homogénea y sin grumos. Cuando la tengamos lista y empiece a tostarse, agregamos el caldo de verduras y seguimos removiendo sin parar. Pasados unos minutos la salsa empezará a espesar, momento en el que añadiremos la Salsa Worcestershire, la mostaza y la nata. Seguimos removiendo un par de minutos hasta que la salsa esté perfectamente ligada y cocinada.
En este momento la probamos y corregimos de sal y pimienta si es necesario. En mi caso no ha sido necesario, ya que el caldo estaba bien condimentado y con la Salsa Worcestershire y la mostaza ha sido suficiente. Agregamos las albóndigas a la salsa, las cubrimos bien con la salsa y las dejamos cocinar dentro de ella otros 2 minutos. Apagamos el fuego y servimos inmediatamente junto con arroz, puré de patata o lo que más te guste.