El pulpo es un manjar consumido en muchas partes del mundo, pero solo en algunos puntos estratégicos dominan el arte de cocinarlo en su punto, sacando lo mejor de él y convirtiéndolo en un bocado jugoso e irresistible. En nuestro país, Galicia es la meca indiscutible de este plato.
Tanto es así que el famoso pulpo á feira también es conocido como el pulpo a la gallega, un sello de identidad que lo revela todo. Su sencillez y complejidad van de la mano creando una paradoja de misterio, pues lo único que hace falta para saborearlo en su forma más auténtica es un poco de pimentón y aceite de oliva, sin embargo, tanto el punto de cocción como el equilibrio de los ingredientes es un hito a alcanzar que pocos logran.
El pulpo gallego y su tradición
El pulpo gallego está muy arraigado a la tradición culinaria de esta zona, famosa precisamente por sacar el máximo partido a los ingredientes que ofrece el mar y convertirlos en delicias para el paladar. Se trata de un animal que se captura en Galicia desde hace siglos, por lo que resulta complicado determinar cuando empezó a volverse popular o cuándo se introdujo en el recetario tradicional.
Lo que está claro es que en las rías gallegas estos animales encuentran un hábitat perfecta para desarrollarse y que, gracias a las características ambientales, su sabor termina siendo único. Parte del secreto de un buen pulpo á feira es precisamente este: la calidad del producto.
Todavía a día de hoy se mantiene la costumbre de degustarlo en diferentes “feiras” gastronómicas cuando llega su temporada en diversos puntos de Galicia, y de ahí se toma el nombre del plato. La combinación entre un buen producto de calidad y esa mano experimentada para encontrar el cocinado perfecto es lo que hace leyenda al plato, y lo que consigue que sepa mejor que ningún otro.
La receta del pulpo a la gallega
Hacer un pulpo a la gallega tiene su arte, como venimos diciendo. Lo principal es conseguir una pieza de calidad que provenga de aguas del Atlántico y partir de una buena materia prima. De lo contrario, ya habremos perdido sabor y textura antes de empezar.
Otro de los trucos más populares es “asustar” el pulpo, es decir, introducirlo tres veces en agua caliente antes de comenzar la cocción. Es algo que, en realidad, sirve para romper con la dureza propia de los tentáculos del animal y que este sea más jugoso al paladar.
El tiempo de cocción será de 30 minutos por 2 kg de pulpo, según marca la norma, aunque las pulpeiras experimentadas ya saben hacerlo perfectamente a ojo. Después, lo ideal es acompañarlo con unos tradicionales cachelos que se cocerán otros 30 minutos y espolvorear todos los ingredientes con la famosa combinación de pimentones y aceite de oliva. Ya lo advertimos al principio: sencillo, pero complejo.
¿Dónde degustar un buen pulpo gallego en Madrid?
Todo valiente que lo desee puede intentar hacer esta receta en casa para disfrutar del pulpo gallego sin necesidad de desplazarse, eso sí, puede que el resultado no sea tan satisfactorio como se espera.
Una alternativa que te permite deleitarte con el sabor auténtico de esta delicia es acudir a O Caldiño, un restaurante gallego en Madrid donde puedes comerlo sin remordimientos ni esfuerzo. En este establecimiento tienen producto de calidad y conocen todos los secretos de su proceso de preparación, por lo que te sentirás como en las rías desde el primer bocado.